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Cuando el Cuidado Termina (When Caregiving Ends)

Cuidar de una persona puede durar muchos años. Los cuidadores dejan de lado su propia vida para cuidar de otra persona. Cuando esta persona muere, los cuidadores deben comenzar a pensar qué hacer con sus vidas. No hay preparación alguna para esta transición. Por lo general, están tan ocupados ofreciendo cuidado y su vida a cambiado tanto que no han tenido el tiempo ni la energía, ni incluso la voluntad psicológica, de pensar en lo que viene cuando esto sucede. Aquí le ofrecemos algunos consejos que pueden ayudarle:

Perdida

Dolor — Es normal sentirse triste, enojado, desesperanzado, afligido o devastado. La sociedad dice que debería superarlo en una o dos semanas. En realidad, toma uno o dos años. Permítase sentir esta clase de sentimientos. Son normales y apropiados. (Consulte la Hoja informativa de FCA Aflicción y pérdida (Grief and Loss).

Alivio — Muchos cuidadores se sienten aliviados de que su odisea haya llegado al fin porque su ser querido ya no sufre. No hay que sentirse culpable por esto. Es uno de los sentimientos que la persona tiene al terminar su función de cuidador. Es posible que la aflicción haya comenzado muchos años antes con un proceso gradual de desprenderse, de dejarlo ir, en especial si la persona sufre demencia.

Perdónese — Con frecuencia los cuidadores se sienten culpables cuando sienten que no fueron los “perfectos cuidadores”. No existen los perfectos cuidadores. Todos hemos sido impacientes, crueles o nos hemos sentido enojados o frustrados en algún momento como cuidadores. Es normal. No trate de pensar en “qué hubiera pasado si…” Es probable que no hubiera podido hacer otra cosa, incluso si piensa que podría haberlo hecho. Simplemente, felicítese por lo bien que lo hizo.

Duerma — A general, lo primero que sienten los cuidadores es agotamiento. Llegó el momento de dormir. Debe renovar sus energías. A veces necesita quedarse en cama el día completo y llorar o simplemente mirar televisión. Usted se merece un descanso. Quizás disfrute de la calma y de no hacer nada.

Confusión — Los cuidadores ponen su vida en pausa al convertirse en cuidadores. Ahora ya no tiene el empleo que tenía unos años atrás y quizás tenga que volver a definir sus prioridades. Es normal sentirse a la deriva y sin rumbo a medida que busca encontrarse a sí mismo y su lugar en el mundo.

Reingresar

Tiempo — ¿Qué hacer con su tiempo ahora? El tiempo estaba estructurado para usted mientras oficiaba de cuidador. Ahora tiene que determinar qué hacer todos los días. Mientras fue cuidador, aprendió a administrar bien el tiempo. Use esa habilidad para alcanzar nuevas metas y objetivos. Aproveche que tiene tiempo para reflexionar y tome nuevas decisiones. Pensar en el futuro puede ser aterrador. Tómelo con calma.

Soledad — Es posible que sienta un gran vacío que proviene del hecho de que ya no lo necesitan como antes. Como el cuidado exige mucha dedicación y compromiso, los cuidadores suelen terminar aislados. Cuando su tarea de cuidador termina, a menudo tienen que volver a reconstruir su red social. Organice compromisos sociales con amigos cuando sienta que tiene ganas pero también acepte las invitaciones de sus amigos para hacer cosas.

Actividades — De pequeños pasos para volver a insertarse en la vida normal. Identifique aquellas actividades o hábitos que usted disfruta y le dan energía. Ofrézcase como voluntario— muchos cuidadores encuentran que las habilidades que aprendió como cuidador pueden ayudar a otros. Haga ejercicio. Es probable que ya haya pasado mucho tiempo de la última vez que pudo concentrarse en sus necesidades. Ahora su cuerpo necesita atención. Su mente también necesita que haga ejercicio. Tome una clase, lea un libro o incluso el periódico.

Cuídese a USTED — Haga ejercicio, duerma lo suficiente y coma bien. Son las tres cosas que todos deberíamos hacer, y ahora usted puede hacerlas. Antes tenía que ser fuerte para otra persona, pero ahora puede serlo para usted. Ahora también puede relajarse y expresar su vulnerabilidad. Tiene derecho a todas sus emociones, ya que ahora usted puede sentirlas. La situación financiera de los cuidadores a menudo cambia cuando el cuidado se acaba. Asegúrese de prestar la suficiente atención a sus finanzas, sea que su situación mejore o empeore. Pida ayuda cuando la necesite. Busque ayuda terapéutica si necesita apoyo o simplemente hablar de todo lo que atravesó y continúa atravesando.

Celebre la Vida Ahora — Valore todas las habilidades que aprendió mientras se dedicaba a cuidar a otra persona y encuentre una forma de utilizarlas. Usted hizo cosas que jamás pensó que podría hacer; aprecie y valore su fuerza. Busque un nuevo enfoque para su vida. Encuentre un empleo o un nuevo interés. Está bien volver a disfrutar de la vida, reírse y divertirse. No le está siendo desleal a su ser querido. Comprenda que tiene que inventarse una “nueva vida normal” distinta de la anterior. Vuelva hacer el dueño de su casa. Según su situación, quizás quiera comenzar a salir en citas o volver a entablar relaciones románticas. No se apresure, hágalo con calma. Está bien buscar el consejo de amigos y profesionales para encontrar el rumbo en este nuevo mundo.

Usted está en un momento de transición. No espere tener todas las respuestas o todos los pasos a seguir.


Este consejo fue escrito por Donna Schempp, LCSW, © 2013 Family Caregiver Alliance. Reservados todos los derechos.