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Cuidando de USTED: Cuidados Personales para Cuidadores Familiares (Taking Care of YOU)

Primero, Cuídese a Usted Mismo

En un avión, una máscara de oxígeno desciende frente a usted. ¿Qué cree que debe hacer? Como todos sabemos, la primera regla es ponerse su propia máscara de oxígeno antes de ayudar a alguien más. Solo cuando nos ayudemos a nosotros mismos por primera vez, podremos ayudar a los demás de manera eficaz. Cuidar de sí mismo es una de las cosas más importantes, y una de las más olvidadas, que puede hacer como cuidador familiar. Cuando atienda sus necesidades personales, la persona a quien cuida también se beneficiará.

Efectos del Cuidado Familiar en la Salud y el Bienestar

Escuchamos esto a menudo:” Mi esposo es la persona con Alzheimer’s, ¡pero ahora soy yo la que está en el hospital! “Esta situación es demasiado común. Los investigadores saben mucho sobre los efectos de la prestación de cuidados en la salud y el bienestar. Por ejemplo, si usted es un cuidador familiar de su cónyuge entre las edades de 66 y 96 años y está experimentando tensión mental o emocional, tiene un riesgo de muerte un 63 por ciento más alto que el de las personas de su edad que no son cuidadores.1La combinación de desgaste, el estrés prolongado, las demandas físicas del cuidado y las vulnerabilidades biológicas que vienen con la edad, lo ponen en riesgo de sufrir problemas de salud significativos, así como de una muerte más prematura.

Los cuidadores mayores no son los únicos que ponen en riesgo su salud y bienestar. Si usted es de la generación de la posguerra que ha asumido el papel de cuidador de sus padres al mismo tiempo que hace malabarismos para compatibilizar con el trabajo y criar a sus hijos adolescentes, se enfrenta a un mayor riesgo de depresión, enfermedades crónicas y un posible deterioro de la calidad de vida.

Sin embargo, a pesar de estos riesgos, los cuidadores familiares de cualquier edad tienen menos probabilidades que los no cuidadores de practicar la atención médica preventiva y el comportamiento del cuidado personal. Independientemente de la edad, el sexo, la raza y el origen étnico, los cuidadores reportan problemas para atender su propia salud y bienestar mientras manejan las responsabilidades de atención de la persona atendida. Ellos reportan:

  • La privación del sueño
  • Los malos hábitos alimenticios
  • No hacen ejercicio
  • No quedarse en la cama cuando se está enfermo
  • Aplazamiento o falta de citas médicas para sí mismos.

Los cuidadores familiares también tienen un mayor riesgo de depresión y uso excesivo de alcohol, tabaco y otras drogas. La labor de los cuidados puede llegar a ser una montaña rusa emocional. Por un lado, cuidar a un miembro de su familia demuestra amor y compromiso y puede ser una experiencia personal muy gratificante. Por otro lado, el agotamiento, la preocupación, la insuficiencia de recursos y las continuas demandas de cuidados son enormemente estresantes. Los cuidadores tienen más probabilidades de tener una enfermedad crónica que los que no lo son, a saber, colesterol alto, presión arterial alta y tendencia al sobrepeso. Los estudios muestran que se estima que entre el 46 y el 59 por ciento de los cuidadores están clínicamente deprimidos.

Asumir la Responsabilidad de su Cuidado Personal

Usted no puede detener el impacto de una enfermedad crónica o progresiva o una lesión debilitante en alguien a quien cuida. Sin embargo, hay mucho que puede hacer para asumir la responsabilidad de su bienestar personal y satisfacer sus propias necesidades.

Identificación de Barreras Personales

Muchas veces, las actitudes y creencias forman barreras personales que se interponen en el camino del cuidado de sí mismo. No cuidarse a sí mismo puede llegar a ser un patrón de por vida, y cuidar a los demás es una opción más fácil. Sin embargo, como cuidador familiar debe preguntarse:”¿De qué le serviré a la persona que cuido si me enfermo? ¿O si muero? “Romper viejos patrones y superar obstáculos no es una propuesta fácil, pero se puede lograr, independientemente de su edad o situación. La primera tarea para eliminar las barreras personales al cuidado personal es identificar lo que se interpone en su camino. Por ejemplo:

  • ¿Cree que está siendo egoísta si pone sus necesidades en primer lugar?
  • ¿Produce temor el pensar en sus propias necesidades? ¿De qué se trata este temor?
  • ¿Tiene problemas para pedir lo que necesita? ¿Se siente incómodo(a) si pide ayuda?
  • ¿Siente que tiene que demostrar que es digno del afecto de la persona atendida? ¿Hace demasiadas labores como resultado de esto?

A veces, los cuidadores tienen conceptos erróneos que aumentan su estrés y obstaculizan el buen cuidado personal. Éstos son algunos de los que se expresan con más frecuencia:

  • Soy responsable de la salud de mis padres.
  • Si no lo hago, nadie lo hará.
  • Si lo hago bien, obtendré el amor, la atención y el respeto que merezco.
  • En la familia, siempre nos cuidamos entre todos.
  • Le prometí a mi padre que siempre cuidaría de mi madre.

“Nunca hago nada bien” o “No hay manera de encontrar tiempo para hacer ejercicio” son ejemplos de pensamientos contraproducentes , otra posible barrera que puede provocar ansiedad innecesaria. En su lugar, trate de encontrar pensamientos positivos: “Yo’ soy bueno bañando a John.” “Puedo hacer ejercicio durante 15 minutos al día. “Recuerde, su mente tiende a creer lo que le dice.

Debido a que fundamentamos nuestro comportamiento en nuestros pensamientos y creencias, las actitudes y los conceptos erróneos como los mencionados anteriormente pueden hacer que los cuidadores intenten continuamente hacer lo que no se puede hacer, controlar lo que no se puede controlar. El resultado son sentimientos de fracaso y frustración continuos y, a menudo, una inclinación a ignorar sus propias necesidades. Pregúntese qué podría estar interponiéndose en su camino y evitando que se cuide.

Avanzando

Cuando haya comenzado a identificar las barreras personales que le impiden cuidarse, puede comenzar a cambiar su comportamiento avanzando un pequeño paso a la vez. A continuación se presentan algunos recursos efectivos para el cuidado personal que pueden ayudarlo a emprender su camino.

Recurso #1: Reducir el Estrés Personal

La forma en que percibimos y respondemos a un evento es un factor importante en la forma en que nos adaptamos y lo afrontamos. El estrés que siente no es solo el resultado de su situación como cuidador, sino también el resultado de su percepción de la misma, ya sea que se concentre en el vaso medio lleno o en el medio vacío. Es importante recordar que no está solo en sus experiencias.

Su nivel de estrés está influenciado por muchos factores, como los siguientes:

  • Si sus tareas como cuidador son voluntarias. Si siente que no tuvo otra opción para asumir las responsabilidades, es más probable que experimente tensión, angustia y resentimiento.
  • Su relación con la persona atendida. A veces, las personas se preocupan por otra con la esperanza de reconciliar una relación. Si no se produce la reconciliación, es posible que se sienta apesadumbrado y desanimado.
  • Su capacidad de manejo de la situación. La manera como manejó el estrés en el pasado puede predecir cómo lo maneja ahora. Identifique sus capacidades de manejo actuales para que pueda aprovecharlas.
  • Su situación como cuidador familiar. Algunas situaciones de los cuidados familiares son más estresantes que otras. Por ejemplo, cuidar a una persona con demencia suele ser más estresante que cuidar a una persona que sufre una limitación física.
  • Ya sea que el apoyo esté o no disponible.

Pasos para Controlar el Estrés

  • Reconozca las señales de advertencia a tiempo. Estas pueden incluir irritabilidad, problemas para conciliar el sueño y falta de memoria. Conozca sus propias señales de alerta y actúe para realizar cambios. No espere hasta sentirse abrumado.
  • Identifique las fuentes de estrés. Pregúntese, “¿Qué me está causando estrés? “Las fuentes de estrés pueden ser que se encuentra muy atareado, desacuerdos familiares, sentimientos de incompetencia o incapacidad para decir que no.
  • Identifique lo que puede y no puede cambiar. Recuerde, solo podemos cambiarnos a nosotros mismos; no podemos cambiar a los demás. Cuando intente cambiar cosas sobre las que no tiene control, solo aumentará su sensación de frustración. Pregúntese, “¿Sobre qué tengo algún control? ¿Qué puedo cambiar? “Incluso un pequeño cambio puede marcar una gran diferencia. El desafío que enfrentamos como cuidadores está bien expresado en las siguientes palabras que fueron modificadas de la Oración de la Serenidad original (atribuidas al teólogo estadounidense Reinhold Niebuhr):

Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
Valor para cambiar las cosas que puedo
y (la) sabiduría para reconocer la diferencia.

  • Tomar acción. Tomar alguna acción para reducir el estrés nos devuelve una sensación de control. Los reductores de estrés pueden incluir actividades simples como caminar y otras formas de ejercicio, jardinería, meditación o tomar un café con un amigo. Identifique algunos reductores de estrés que estén a su medida.

Recurso #2: Establecer Metas

Establecer metas o decidir lo que le gustaría lograr en los próximos tres a seis meses es un recurso importante para cuidarse. Estos son algunos ejemplos de metas que puede fijarse:

  • Tómese un descanso de la labor de asistencia.
  • Consiga ayuda con las tareas de cuidados familiares como bañar y preparar comidas.
  • Participe en actividades que lo harán sentir más saludable.
  • Las metas generalmente suponen que las labores son demasiado grandes como para realizarlas todas a la vez. Es más factible que alcancemos una meta si la desglosamos en pasos de acción más pequeños. Una vez que haya establecido una meta, pregúntese:”¿Qué pasos debería tomar para alcanzar mi meta? “Haga un plan de acción para decidir qué paso dará primero y cuándo. ¡Empiece ahora mismo!

Ejemplo (Meta y Pasos de Acción ):
Meta: Sentirse más saludable.
Posibles pasos de acción:

  • Solicite una cita para un chequeo médico.
  • Tome un descanso de media hora una vez a la semana.
  • Camine tres veces por semana durante 10 minutos.

Recurso #3: Buscando Soluciones

Buscar soluciones a situaciones difíciles es, por supuesto, una de los recursos más importantes en la prestación de cuidados. Una vez que haya identificado un problema, tomar medidas para resolverlo puede cambiar la situación y también puede cambiar su actitud hacia una más positiva, lo que le da más confianza en sus habilidades.

Pasos para Buscar Soluciones

  • Identifique el problema. Observe la situación con la mente abierta. Puede que el problema real no sea lo primero que le venga a la mente. Por ejemplo, usted cree que el problema es simplemente que está cansado todo el tiempo, cuando la dificultad más básica es su creencia de que “nadie puede cuidar de John como yo.” ¿El problema? Pensar que tiene que hacerlo todo usted solo.
  • Enumere las posibles soluciones. Una idea es intentar una perspectiva diferente: “Aunque alguien más le preste ayuda a John de una manera diferente a mi propia manera, puede ser igual de buena. “Pídale ayuda a un amigo. Llame a Family Caregiver Alliance o a Eldercare Locator (consulte la lista de Recursos) y pregunte sobre las agencias en su área que podrían ayudar a prestar atención.
  • Seleccione una solución de la lista. ¡Inténtelo!
  • Evalúe los resultados. Pregúntese qué tan bien funcionó su decisión.
  • Pruebe una segunda solución. Si su primera idea no dio resultados, seleccione otra. Sin embargo, no renuncie a la primera vez; a veces, una idea solo necesita un reajuste.
  • Utilice otros recursos. Pida sugerencias a sus amigos, familiares y colegas de trabajo.
  • Si nada parece dar resultado, acepte que es posible que el problema no se pueda resolver en ese momento. Puede volver a intentarlo en otro momento.

Nota: Con demasiada frecuencia, saltamos del Paso 1 al Paso 7 y luego nos sentimos derrotados y estancados. Tenga siempre una mente abierta mientras idealiza y practica con otras posibles soluciones.

Recurso # 4: Comunicarse de Manera Constructiva

Ser capaz de comunicarse de manera constructiva es uno de los recursos más importantes de un cuidador familiar. Cuando se comunica de manera clara, asertiva y constructiva, será escuchado y obtendrá la ayuda y el apoyo que necesita. La tabla a continuación muestra las pautas básicas para una buena comunicación.

Pautas de la Comunicación

  • Usar mensajes de “primera persona” en vez de mensajes de “segunda persona”. Preferible decir “Me siento enojado” en vez de “Me hiciste enojar” le permite expresar sus sentimientos sin culpar a los demás ni hacer que se pongan a la defensiva.
  • Respete los derechos y sentimientos de otros. No diga algo que viole los derechos de otra persona o lastime intencionalmente sus sentimientos . Reconozca que la otra persona tiene derecho a expresar sus sentimientos.
  • Sea claro y específico. Hable con franqueza con la otra persona. No lance indirectas ni espere que la persona adivine lo que necesita. Las personas no son telépatas. Cuando habla con franqueza sobre lo que necesita o siente, corre el riesgo de que la otra persona no esté de acuerdo, o diga que no a su petición, pero esa acción igualmente muestra respeto por la opinión de la otra persona. Cuando ambas partes hablan con franqueza, las posibilidades de llegar a un entendimiento son mayores.
  • Sea un buen oyente. Escuchar es el aspecto más importante de la comunicación.

Recurso # 5: Solicitar y Aceptar Ayuda

Cuando las personas desean saber si pueden ser de ayuda para usted, ¿con qué frecuencia ha respondido “Gracias, pero estoy bien.” Muchos cuidadores no saben cómo lograr la buena voluntad de los demás y son reacios a pedir ayuda. Es posible que no usted desee ser una “carga” para otros o admitir que no puede manejar todo usted mismo.

Esté preparado con una lista mental de las formas en que otros podrían ayudarlo. Por ejemplo, alguien podría llevar a la persona que cuida a caminar 15 minutos un par de veces a la semana. Su vecino podría comprar algunas cosas en la tienda de comestibles. Un familiar podría completar algunos documentos del seguro. Cuando divide los trabajos en tareas muy simples, es más fácil para las personas ayudar. Y ellos sí quieren ayudar. Depende de usted decirles cómo.

La ayuda puede provenir de recursos comunitarios, familiares, amigos y profesionales. Pregúnteles. No espere hasta que se sienta abrumado y agotado o hasta que su salud se quebrante. Pedir ayuda cuando la necesita es un indicio de fortaleza de carácter.

Consejos sobre Cómo Preguntar

  • Considere las habilidades e intereses especiales de la otra persona. Si sabe que a un amigo le gusta cocinar pero no le gusta conducir, sus posibilidades de obtener ayuda mejoran si pide ayuda con la preparación de la comida.
  • No haga solicitudes repetidamente a la misma persona. ¿Le pide siempre a la misma persona porque esta tiene dificultades para decir que no?
  • Elija el mejor momento para realizar una solicitud. El tiempo es importante. Es posible que una persona que esté cansada y estresada no esté disponible para ayudar. Espere una mejor ocasión.
  • Prepare una lista de las cosas que necesita hacer. La lista puede incluir mandados, trabajo en el jardín o una visita a su ser querido. Deje que el “ayudante” escoja lo que le gustaría hacer.
  • Esté preparado para la vacilación o la negación. Puede resultar molesto para el cuidador cuando una persona no puede o no desea ayudar. Sin embargo, a la larga, haría más daño a la relación si la persona ayuda solo porque no desea molestarle. A la persona que parece vacilante, simplemente dígale: “¿Por qué no lo piensas?” Trate de no tomárselo como algo personal cuando se rechace una petición. La persona está rechazando la tarea, no a usted. Trate de que una negativa no le impida volver a pedir ayuda. La persona que se negó hoy puede estar dispuesta a ayudar en otro momento.
  • Evite hacer una solicitud dudosa. “Solo por casualidad, pero ¿puedes quedarte con la abuela mientras yo voy a la iglesia?” Esta petición suena a que esto no es muy importante para usted. Usar declaraciones en “primera persona” para realizar peticiones específicas: “Quisiera ir a la iglesia el domingo. ¿Te quedarías con la abuela desde las 9 am hasta el mediodía?”

Recurso #6: Consultar con el Médico

Además de hacerse cargo de las tareas domésticas, las compras, el transporte y el cuidado personal, el 37 por ciento de los cuidadores familiares también administran medicamentos, aplican inyecciones y tratamiento médico a la persona a la que cuidan. Alrededor del 77 por ciento de esos cuidadores informan la necesidad de pedir asesoría sobre los medicamentos y tratamientos médicos. La persona suele acudir a su médico.

Sin embargo, mientras los cuidadores hablan sobre los cuidados de su ser querido con el médico, los cuidadores rara vez hablan del estado de su propia salud, que es igualmente importante. Es fundamental establecer una relación con un médico que aborde las necesidades de salud de la persona atendida y del cuidador familiar. Idealmente, la responsabilidad que ampara esta relación se comparte entre usted, el cuidador familiar, el médico y demás personal de atención médica. Sin embargo, a menudo dependerá de usted ser asertivo, utilizando buenas habilidades de comunicación para asegurarse de que todos satisfacen sus necesidades, incluida la suya propiamente dicha.

Consejos para Comunicarse con su Médico

  • Prepare las preguntas con anticipación. Haga una lista de sus preocupaciones y problemas más importantes. Los problemas que quizás desee discutir con el médico son los cambios en los síntomas, los medicamentos o la salud general de la persona atendida, su propio estado de bienestar en su situación como cuidador familiar, o la ayuda específica que necesita para prestar los cuidados. El médico solo puede dedicar un momento específico con el paciente. Asegúrese de informarle cuáles son sus inquietudes en términos de atención/salud en el manejo diario.
  • Consiga la ayuda de un enfermero(a). Muchas preguntas sobre la prestación de cuidados se relacionan más con la enfermería que con la medicina. En particular, el enfermero(a) puede responder preguntas sobre diversas pruebas y exámenes, conocer la preparación para procedimientos quirúrgicos, prestar atención personal y administrar los medicamentos en el hogar.
  • Asegúrese de que su cita satisfaga todas sus necesidades. Por ejemplo, la primera cita por la mañana o después del almuerzo son los mejores momentos para reducir su tiempo de espera o dar cabida a numerosas preguntas. Cuando programe su cita, asegúrese de comunicar claramente los motivos de su visita para que tenga suficiente tiempo.
  • Llamar con anticipación. Antes de la cita, verifique si el médico está programado. Recuérdele a la recepcionista las necesidades especiales cuando llegue al consultorio.
  • Permita que alguien le acompañe. Un acompañante puede hacer preguntas que usted puede sentirse incómodo hacer, y puede ayudarlo a recordar lo que dijeron el médico y el enfermero(a).
  • Utilice una comunicación asertiva y mensajes en “primera persona”. Designe un equipo de atención médica como asociados a la atención. Exponga lo que necesita, cuáles son sus inquietudes y cómo el médico o el enfermero(a) pueden ayudar. Use oraciones claras en “primera persona” como las siguientes: “Necesito saber más sobre el diagnóstico; me sentiré mejor preparado para el futuro si sé lo que me espera.” O “Me siento agotado. Me gustaría solicitar una cita para mí y mi esposo la próxima semana.” O “Necesito una manera de que mi madre pueda conciliar el sueño en la noche, ya que ahora estoy agotado(a) de despertarme cada dos horas por la noche con ella.”

Recurso # 7: Empezando a Hacer Ejercicio

Es posible que se muestre renuente a comenzar a hacer ejercicio, aunque ha escuchado que es una de las cosas más saludables que puede hacer. Quizás piense que el ejercicio físico puede perjudicarle o que es solo para personas jóvenes y capaces de hacer cosas, como trotar. Afortunadamente, las investigaciones sugieren que puede mantener o al menos restaurar parcialmente la resistencia, el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad a través de actividades físicas diarias como caminar y hacer labores de jardinería. Incluso las tareas del hogar pueden mejorar su salud. La clave es aumentar su actividad física haciendo ejercicio y utilizando su propia fuerza muscular.

El ejercicio promueve un mejor sueño, reduce la tensión y la depresión y aumenta la energía y el estado de alerta. Si se le dificulta reservar tiempo para hacer ejercicio, hágalo dentro de sus actividades diarias. Quizás la persona atendida pueda caminar o hacer ejercicios de estiramiento con usted. Si es necesario, haga ejercicios cortos frecuentes en vez de aquellos que requieran periodos prolongados. Busque actividades que pueda disfrutar.

Caminar, uno de los mejores y más fáciles ejercicios, es una excelente manera de comenzar. Además de sus beneficios físicos, caminar ayuda a reducir la tensión psicológica. Caminar 20 minutos al día, tres veces a la semana, resulta ser muy beneficioso. Si no puede posponer los cuidados por tanto tiempo, trate de caminar todo el tiempo que pueda durante los días que pueda. Trabaje caminando. Camine por el centro comercial, hasta la tienda o un parque cercano. Camine alrededor de la manzana con un amigo.

Recurso # 8: Aprender de Nuestras Emociones

Es una fortaleza de carácter reconocer cuando sus emociones lo controlan (en vez de que usted controle sus emociones). Nuestras emociones son mensajes que debemos escuchar. Existen por una razón. Por muy negativos o dolorosos que sean, nuestros sentimientos son recursos útiles para comprender lo que nos está sucediendo. Incluso sentimientos como la culpa, la ira y el resentimiento contienen mensajes importantes. Aprenda de ellos y luego tome las medidas adecuadas.

Por ejemplo, cuando no puede disfrutar de actividades que disfrutaba anteriormente y su congoja emocional eclipsa todo placer, es hora de buscar tratamiento para la depresión, especialmente si tiene pensamientos suicidas. Hablar con su médico es el primer paso. (Consulte la hoja informativa de la FCA Depresión y Cuidados Familiares.)

Los cuidados familiares a menudo implican una variedad de emociones. Algunos sentimientos son más cómodos que otros. Cuando descubra que sus emociones son intensas, pueden significar lo siguiente:

  • Que necesita hacer un cambio en su situación como cuidador familiar.
  • Que está sufriendo desgaste.
  • Que está experimentando un estrés progresivo.
  • Que necesita ser firme y enérgico y pedir lo que necesita.

En resumen

Recuerde, no es un sentimiento egoísta concentrarse en sus propias necesidades y deseos cuando es un cuidador; es una parte importante del trabajo. Usted es responsable de su propio cuidado personal. Observe las siguientes prácticas de cuidado personal:

  • Aprenda y use técnicas para reducir el estrés, por ejemplo, meditación, oración, yoga, Tai Chi.
  • Atienda sus propias necesidades de salud personal.
  • Tome un descanso y alimentación adecuados.
  • Haga ejercicio con regularidad, aunque solo sea durante 10 minutos a la vez.
  • Tómese un descanso sin sentirse culpable.
  • Participe en actividades agradables y enriquecedoras, como leer un buen libro o tomar un baño tibio.
  • Busque y acepte el apoyo de terceros.
  • Busque consejería de apoyo cuando lo necesite, o hable con un consejero, amigo o líder religioso de confianza.
  • Identifique y reconozca sus sentimientos, usted tiene derecho a sentirlos TODOS.
  • Cambie la forma negativa en que percibe las situaciones.
  • Fíjese metas.

¡Depende de usted!

Recursos

Family Caregiver Alliance
Centro Nacional de Cuidadores Familiares

(415) 434-3388|(800) 445-8106
Sitio web: www.caregiver.org/spanish
Email: info@caregiver.org
FCA CareNav: https://fca.cacrc.org/login (solo en inglés)
Family Caregiver Services by State: https://www.caregiver.org/connecting-caregivers/services-by-state/ (solo en inglés)

Family Caregiver Alliance (FCA) busca mejorar la calidad de vida de los cuidadores familiares a través de la educación, los servicios, la investigación y el apoyo. A través del National Center on Caregiving, la FCA ofrece información actualizada sobre cuestiones sociales, políticas públicas y cuidados familiares y brinda asistencia en el desarrollo de programas públicos y privados para cuidadores familiares. Para los residentes del Área Metropolitana de la Bahía de San Francisco, la FCA brinda servicios de apoyo familiar directo para los cuidadores familiares de personas con enfermedad de Alzheimer, derrame cerebral, lesión cerebral traumática, enfermedad de Parkinson, y otras afecciones de salud debilitantes que afectan a los adultos.

Hojas Informativas y Consejos de la FCA

Una lista de toda la información y consejos en español está disponible en línea en: https://www.caregiver.org/spanish/

Otras Organizaciones y Enlaces

AARP
www.aarp.org/espanol/

Administración de la Vida Comunitaria
Dirigido a grupos de apoyo para cuidadores familiares, proveedores de asistencia de alivio y otros servicios de cuidados familiares.
www.acl.gov (solo en inglés)

Eldercare Locator
eldercare.acl.gov
(800) 677-1116
Información en español y otros idiomas:
Un especialista en información que habla español está disponible cuando llama al Eldercare Locator de 9 a.m. a 8 p.m. Hora estándar del este, de lunes a viernes.

Centro Nacional de Recursos y Red de Asistencia de Alivio ARCH
www.archrespite.org (solo en inglés)

Lectura Recomendada

Pasajes en los Cuidados (solo en inglés)
Sheehy, Gail y Harper Collins, 2010

Créditos

1Shultz, Richard y Beach, Scott (1999). Los Cuidados como Riesgo de Mortalidad: Estudio de los Efectos sobre la Salud de los Cuidadores. Jama, 15 de diciembre de 1999, vol. 282, #23.

Un agradecimiento especial al programa Powerful Tools for Caregivers por su permiso para usar la información de El Libro de Ayuda del Cuidador y sus Recursos Efectivos para los Cuidadores – Manual de Consejos para Líderes de Clase. El Libro de Ayuda del Cuidador es un libro de lectura muy recomendable para los cuidadores familiares.

Esta hoja informativa fue elaborada por Family Caregiver Alliance. © 2003, 2012, 2021 Family Caregiver Alliance. Derechos Reservados .